UN MES QUE NOS RECUERDA (por Pedro Villalón)
Una lectura de ALMANAQUE: COSAS QUE PASAN EN LOS PUEBLOS QUE NUNCA VERÉIS EN LAS CIUDADES de José Pastor Gonzalez. (Ediciones Fantasma)
un mes que nos recuerda que todo es efímero
el invierno
la primavera
la vida

Aún recuerdo los calendarios llenos de palabras, nombres, santos, cuartos lunares, efemérides, previsiones meteorológicas, días de feria en diferentes localidades, épocas de siembra… y a la vuelta de la hoja, cuidadosamente arrancada por la línea de puntos, sucesos, anécdotas, leyendas, chistes, cuentos, estadísticas, curiosidades o informaciones prácticas.
El correo de hoy me ha traído, reunidos en un taco de hojas, los poemas situados en cada mes que José Pastor ha ido publicando en su blog. En la portada, la vieja palabra mágica: almanaque. Entre sus hojas, un calendario lleno de palabras.
EN MEDIO DE LAS COSAS
He taladrado el canto del almanaque con hilo rojo y he anudado una presilla. He recorrido la casa hasta encontrar un lugar donde colgarlo. Pensé que estas hojas no encajaban en la estantería, entre libros de elevado estilo y estudios documentados… Al final he encontrado un clavo junto a la ventana de la cocina. Se ve el campo a lo lejos y volar los pájaros sobre los tejados.
En la encimera desfilarán las frutas al hilo de los meses. Algunos días, el sol de la ventana golpeará sus hojas, otros, tal vez, se abarquillarán por la humedad de las nieblas. Pienso que aquí estará bien, en medio de las cosas.
De vez en cuando lo hojearé y comprobaré que no miente. Sabré qué he de buscar al salir de estas calles, sabré lo que pasa y desde aquí no alcanzo a ver.
CON LOS OJOS EN LA TIERRA
con los pies en la tierra hincadas de rodillas a cuatro patas en pleno invierno cogiendo aceitunas del suelo a mano esas mujeres son las que me enseñaron la resistencia y la ternura la dignidad y la alegría de estar de rodillas y estar vivas
El tiempo pasa, el año pasa y uno le ve pasar. Pero qué es lo que pasa cuando el tiempo pasa. Al final todo es cuestión de miradas. Qué es lo que pasa, qué es lo que miras, qué es lo que ves.
La de este almanaque es una mirada que habita en medio de las cosas, mira el paisaje desde dentro, vive la vida de sus habitantes. Se ve cambiar el campo, las plantas, los animales… y también a la gente.
días que dejarán tras las lluvias un paisaje que reverbera reverdece renace y que dan un brillo nuevo a los monteses y a los zorros a la tierra y al cielo a las calles y a los caminos a las piedras y a la luna a los charcos y a la oscuridad y también a la gente
La de este almanaque es una mirada que se delata a menudo, a la que se le escapa el afecto y el respeto por la gente que aún sigue viviendo en los pueblos, el gusto por las cosas sencillas, el placer de los momentos compartidos.
un mes para merendar al sol con los amigos las primeras habas y beber vino joven y creer que el mundo sí, a veces esta bien hecho
La mirada de este almanaque se detiene en el detalle. El vivir esta hecho de detalles, cada tiempo y cada lugar tiene los suyos. Ellos dan a la vida su color, ellos definen cada momento. Quien no sabe verlos permanece ciego a ese trozo de vida.
todo es áspero pinchudo reseco monótono como muerto solo hay un respiro en las cunetas arboladas de acacias con su polen dorado que alfombra los caminos o junto a las acequias o en los borreguiles de la sierra con el azul de la genciana y el vuelo de las águilas calzadas
La mirada de este almanaque no es imparcial, ni pretende serlo. Asume un bando, habla desde un nosotros, el bando de los perdedores. Quién sabe.
La mirada de este almanaque no es pura, se deja impregnar por la vida, asume un estado de ánimo donde belleza y decadencia se entremezclan, como en la melancolía.
trae mayo a los hombres y a las mujeres atareados en los campos azufrando viñas recogiendo prénsules o naranjas o fresas esquilando ovejas plantando tomates atando cañas destallando regando huertas o liados con las hortalizas puede ser hermoso aunque los jornales son escasos y mal pagados y os olvidéis de donde viene el pan trae mayo sol y luz cantos y colores fiestas campesinas y carreras ciclistas y atardeceres eternos como si no quisieran irse es hermoso aunque el futuro no es nuestro ya de noche el cielo brilla de estrellas es hermoso aunque –dicen– están muertas
La mirada de este almanaque no es pacífica, no es resignada, ama su mundo y odia lo que le amenaza. Encarna una lucha, una lucha fundada en la resistencia.
QUE NO VEIS O NO QUEREIS VER
“Vienen en plan conquistadores, y a esa gente le importa una mierda el pueblo, le importan una puta mierda los que aquí vivimos y nuestra cultura y nuestras historias”
En este almanaque veréis chocar dos formas de ver el mundo, ese trozo de mundo, el mayor, que no es ciudad.
El primer principio de la resistencia es defender tu forma de ver las cosas. No comprar sin más el discurso de los otros, no dejarse definir por los otros, tener voz propia.
En los almanaques, los textos que aparecían en la parte de atrás de cada hoja se caracterizaban por la libertad y variedad de tono y de temas, lo mismo sucede, fiel al género, en este Almanaque.
Si los poemas de cada mes, que forman la armazón del cuaderno, surgen al hilo del calendario, del efecto del tiempo, los textos intercalados entre estos poemas –opiniones, cuentos, desahogos, a veces meras sensaciones– surgen como reacción frente a la situación general, las ideas recibidas, las opiniones dominantes, las noticias… como en una conversación de bar, como en una sobremesa de merienda.
hacéis que todo parezca ficción que todo sea un escenario para vuestro protagonismo para vuestra frustración convirtiéndonos en extras, tramoyistas, camareros, barrenderos… pero cuando se acabe el verano volveréis a vuestras casas volverá el silencio echaremos pie a tierra y solo seréis un borrón en nuestras vidas y en el paisaje
La vida se confronta. Hay un nosotros, los que están en el lugar o los que se ponen en el lugar, los que ven. Y hay un vosotros, los que ni ven ni quieren ver. No ven lo que pasa en los pueblos cuando están en las ciudades, pero tampoco lo ven cuando salen de ellas. Son impermeables al entorno, portadores de la única vida posible que, naturalmente, es la suya. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
somos pocos y viejos y estamos solos además no damos el perfil no cumplimos la expectativas no somos lo suficientemente ecológicos lo suficientemente emprendedores no somos sostenibles hemos perdido pero ese mundo que existió es de donde venís aunque queráis olvidarlo y aunque no tenemos futuro no tenemos miedo y aunque no hay esperanza no desesperamos no esperamos nada no tenemos prisa
Y tu, ¿Lo ves o no lo ves? Como en los juegos de percepción o de habilidad de las hojas de los almanaques –descubre el error, las siete diferencias, prueba tu agudeza, comprueba lo que sabes…– este reverso de hoja te pone a prueba, sirve de test. ¿Dónde te sitúas? ¿Qué es lo que pasa, qué es lo que miras, qué es lo que ves?
Qué ves en las hojas de este almanaque. Intenta marcar la respuesta correcta, pero recuerda que son palabras.
aquí no hay nada definitivo ni verdades ni mentiras ni buenos ni malos luchamos para sobrevivir y es más importante lo que se hace que lo que se dice
Reseña también publicada en los blogs:
Libros y aguardientes
Hankover (resaca)
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